Autora: Rocío Punteros Fernández (Profesora Primaria Trilema Avenida de América)

Nos hicieron falta tan solo unos días para darnos cuenta de lo importante que es ir al colegio. Podríamos hacernos tantas preguntas… ¿qué es lo que hace que una escuela sea una escuela? Y nos sorprenderíamos de la infinidad de elementos que hacen posible una escuela.

El 14 de marzo una amenaza invisible nos obligó a cambiar radicalmente nuestro modo de vida: el clima familiar, nuestros sentimientos durante este período, a qué dedicamos el tiempo cada día…  Ya han pasado más de dos meses desde que se decretó el cierre de todos los centros educativos. Sí, más de dos meses sin que los niños y niñas de nuestros coles acudan a ellos. 

Aunque cueste recordarlo, los colegios se cerraron de forma apresurada, sin saber por cuánto tiempo ni cómo podríamos atender al alumnado. Pero se siguió adelante, a distancia, sin presencialidad. Un cambio que, en algunos casos, hubo que hacer sin medios, sin tiempo, sin formación para los centros. Tampoco para el alumnado ni para las familias. Todo ello unido a la disposición de recursos por parte de centros, que movieron cielo y tierra para buscar sus medios, ayudados por “manos colaboradoras”, a la capacidad de equipos directivos, docentes, alumnado y familias prestando ayuda a sus hijos e hijas.

Aunque muchos de nuestros alumnos ya estén acostumbrados a las tareas digitales, jamás las clases online podrían sustituir a la presencialidad. La enseñanza de contenidos es solo una pequeña parte de todo lo grandioso que sucede en nuestros centros escolares. No vamos a la escuela solo para adquirir los aprendizajes establecidos en el currículo. Nuestro cole no es solo lo que ocurre dentro del aula (que ya es mucho).

A día de hoy, nos planteamos que nuestro alumnado puede que no aprenda todos y cada uno de los contenidos que teníamos programados para este curso escolar. Y de todo esta situación, en realidad, debo decir que lo que menos me preocupa es la falta de adquisición de contenidos. Creo que es más importante el gran número de niños y niñas que habrán estado lejos del contacto con sus iguales, pues para muchos niños era la única ventana al mundo más allá de sus familias. Y el aprendizaje de algo muy importante que no olvidarán nunca: el significado de la solidaridad, la importancia de la familia, del sacrificio y del esfuerzo compartido, y que siempre somos #MEJORESJUNTOSQUESOLOS

Quizá podamos sacar otras muchas otras cosas positivas de esta cuarentena. Por ejemplo, lo relacionado con el cuidado mutuo y el cuidado a nuestro planeta,. O reafirmar que el colegio debe ser un lugar que sirva para construir, para todo el alumnado, en especial para aquellos que más lo necesitan. Quizá también ahora la gente sea más consciente de la labor del profesorado y del colegio.

Mis últimas palabras son para mis alumnos, para mis compañeros de trabajo de Madrid, Soria, Zamora, Pobla Llarga (Valencia) y toda la familia que formamos Trilema. Me siento muy orgullosa de vosotros. Hemos trabajado codo con codo para que todo saliera adelante. Solo falta una cosa… Volver. Volver a abrazarnos. Llegará pronto. ¡Lo bueno se hace esperar!

Quizá, quién sabe, éste haya sido el curso escolar más importante de nuestras vidas.