Por Inma Castaño, formadora de Campus Trilema. En mi última entrada en el blog, hablé de mi experiencia en la orientación y destacaba cómo esa labor genera preguntas y reflexiones continuas. O, lo que yo misma denominé entonces, ese “reto infinito”. Hoy, quiero centrarme en las ‘altas capacidades’, un diagnóstico perseguido por muchos padres y madres que, sin embargo, puede convertirse en una ‘etiqueta negra’ cuando conlleva presuponer que esos niños/as no se equivocan nunca, aprenden siempre y no necesitan ayuda.

La evaluación de la alta capacidad no es un proceso sencillo y va mucho más allá de ese número mágico (un C.I. igual o superior a 130), pues precisa de una evaluación comprensiva y cualitativa para la cual es indispensable la labor de observación y reflexión de los y las maestras que están con estos alumnos en el día a día.

¿Cómo detectar las altas capacidades?

Paso a enumerar algunos posibles indicadores que se pueden observar en las conductas y que nos mantendrán alerta a la hora de poder reconocerla:

  • Es persistente en la tarea y en sus propios intereses. Estudia si le interesa.
  • Tiene un alto sentido de la justicia.
  • Muestra alegría por los retos.
  • Tiene intereses avanzados.
  • Aprende a la primera, necesita poca práctica.
  • Se aburre con las repeticiones, pierde interés.
  • Es capaz de concentrarse intensamente y mantener la atención largos periodos de
    tiempo.
  • Es impaciente consigo mismo y con los demás para acabar y seguir avanzando.
  • Puede ser muy perfeccionista y meticuloso en sus respuestas y trabajo.
  • Es autocrítico consigo mismo, duro en su autoevaluación.
  • Se frustra cuando no le sale algo como quiere.
  • Presenta una alta capacidad verbal. Vocabulario muy amplio y construcciones lingüísticas
    complejas.
  • Tiene gran nivel de energía. Estado de alerta y respuesta rápida.
  • Le gusta investigar, experimentar y manipular. Abarca muchas cosas a la vez.
  • Es independiente, le gusta decidir, llevar su ritmo, liderar y tomar decisiones.

Tener alta capacidad, muchas veces se convierte en una dificultad para el éxito académico

Es importante una detección precoz, igual que en las demás necesidades educativas, ya que tener alta capacidad muchas veces se convierte en una dificultad para el éxito académico. Se sienten forzados a tener éxito siempre, a no fallar y a sorprendernos continuamente.
Tengamos en cuenta cuál es su realidad y ayudémosles a avanzar y a progresar desde sus necesidades integrales, intelectuales, afectivas, espirituales, físicas, psicológicas…

Algunas de las opciones de intervención que podemos considerar son los programas de enriquecimiento, los programas de aceleración total o parcial, o programas individualizados para generar interés y motivación. Me gustaría reseñar especialmente el uso de metodologías multinivel, que permiten enriquecer y dinamizar el aula para todo el alumnado, dando respuesta a la diversidad del aula y personalizando el aprendizaje.

Quisiera finalizar con una reflexión de Javier Tourón: <<El talento que no se cultiva se pierde>>. Eduquemos nuestra mirada en la búsqueda constante del talento de cada uno de nuestros alumnos para hacer de cada clase un entorno enriquecido que permita florecerlo, desarrollarlo, potenciarlo y acompañar su despliegue en armonía con todas las dimensiones de cada persona.