Autor Ismael Mena, formador Campus Trilema
¿Vamos a la escuela para ser más inteligentes? Desarrollar en la escuela las Funciones Ejecutivas para aprender y crecer más.
El mero paso por la escuela, ¿aumenta siempre la inteligencia? ¿Qué es necesario para que todos los alumnos puedan adquirir contenidos y entrenar competencias? ¿Es tarea de los docentes intervenir en el aula con el alumnado para que puedan controlar sus impulsos, aprender a organizarse, elegir buenas metas o gestionar mejor sus emociones? ¿A qué problemas se enfrenta el alumnado que no tiene una buena gestión de estas funciones? ¿Qué es entonces ser inteligente?
Las teorías actuales de la inteligencia son fragmentarias. Tenemos una cantidad enorme de información experimental muy detallada, pero carecemos de una teoría de la persona que dé unidad y sentido a esos conocimientos. Repasemos: La Neurociencia duda de la existencia de la libertad y de la existencia del yo. El conductismo evita estudiar los fenómenos conscientes y solo atiende al comportamiento visible. La psicología cognitiva, que se centró en los fenómenos puramente cognitivos, tuvo posteriormente que integrar la psicología de la emoción y más tarde se enfrentó con la teoría de la decisión, pero carece de una teoría bien articulada de la acción humana. Y las teorías sobre la personalidad no suelen aprovechar lo que otros campos de la psicología investigan…
El modelo de inteligencia ejecutiva que hemos desarrollado en Fundación Trilema, junto a José Antonio Marina, sostiene que la función principal de la inteligencia, a todos los niveles, es dirigir el comportamiento para resolver los problemas que plantea una situación. Y, para eso, es necesario proponerse buenas metas y ser capaz de orientar la energía y los recursos propios para alcanzarlas. En definitiva, desarrollar las Funciones Ejecutivas en la escuela para aprender más.
Partimos de un modelo dual de inteligencia conformado por una inteligencia generadora, automática e inconsciente, y una inteligencia ejecutiva dibujada en 11 funciones ejecutivas que pueden ser entrenadas y mejoradas. Si tu memoria dejara de funcionar o si no fueras capaz de controlar tus emociones, ¿cómo imaginas que serían tus resultados académicos? ¿Y tu desarrollo vital? Estas funciones son tan esenciales para cada uno de nosotros que un fallo profundo en cualquiera de ellas compromete la existencia y el desarrollo vital de los individuos.
Estamos convencidos de que además de un desarrollo personal y vital más pleno, el éxito escolar y académico de los alumnos depende en buena medida de cómo la escuela sea capaz de entrenar y mejorar en los alumnos dichas funciones. Aprender cómo mejorar la atención, la motivación, la impulsividad o la metacognición de tus alumnos en tu aula o en tu centro se está convirtiendo ya en una de las necesidades más reconocidas por los docentes en sus aulas.
Formarnos para dar respuesta a esta demanda será cada vez más importante.